No bastaron años de atraso en su construcción, líos judiciales, multas y que pasara todo un gobierno para que abriera sus puertas a la comunidad. La tranquilidad que pudieron respirar las autoridades al término del traslado de pacientes –cuyo éxito permitió que este proceso se adelantara en un día- contrasta con las complejidades que han debido enfrentar funcionarios y usuarios en la puesta en marcha del nuevo Hospital Regional de Rancagua.
Las denuncias de la Fenats incluso llevaron a los dirigentes a llamar a un paro en el moderno recinto de salud ubicado en avenida Alameda con calle Salvador Allende, que se extiende al día de hoy; y que ha obligado a múltiples reuniones en busca de soluciones que eviten una mayor escalada de este conflicto.
Según cifras de la Fenats, adhirieron el lunes cerca de 350 funcionarios a la paralización; y no se descarta que el número aumente con el correr de los días. Mientras, la dirección del Hospital Regional Rancagua activó un plan de contingencia para hacer frente a esta situación que golpea fuertemente a las autoridades y afecta el éxito de la puesta en marcha de este moderno recinto asistencial que, lamentablemente, desde el inicio de sus obras –por allá en un lejano 2010- no ha estado exento de polémicas.
Hoy, lo que acá está en juego es la calidad de la atención y la salud de la población, de los vecinos que -muchas veces- no tienen más alternativas que atenderse a través de la red asistencial del sector público. Por ello, es clave que las autoridades actúen con la mayor celeridad posible para solucionar los inconvenientes o problemas que –como era de esperar- se han ido o se irán presentando en este proceso. La tarea de las autoridades es trabajar con la eficiencia necesaria para contrarrestar los contratiempos que afectan la labor de los funcionarios y que inevitablemente terminan redundando en la calidad de la atención.
Comentarios
Noticias recientes
Más Leídas