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Columnas de Opinión

El Estrés Docente y el País que Queremos

VIERNES, 29 DE ABRIL DE 2016
Publicado por

Equipo de Corresponsales



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Hace unos días salió en los medios de prensa los resultados del Estudio Nacional de Felicidad Laboral, realizado por la consultora Japiworks y la Cámara Nacional de Comercio, que establecía que la profesión docente está dentro de las más estresante labores a realizar del país, tema que ha estado presente en los relatos constantes del magisterio, como en los datos que arrojan diversos estudios y la cantidad de licencias médicas que todos los años presentan los profesores, siendo una situación preocupante para el buen desarrollo de los procesos pedagógicos y del cual nos deberíamos hacer cargo, creando una instancia de apoyo y desarrollo socioemocional para nuestros pedagogos.

Hasta hace unas décadas atrás, los profesores tenían claridad que su aporte sería entregar a los estudiantes las habilidades requeridas para que fueran exitosos en su vida futura. Sin embargo, el mundo ha cambiado notablemente, un docente del siglo XXI debe preparar estudiantes para ser flexibles frente a los cambios, prepararlos para trabajos que aún no existen, para utilizar tecnologías que están en pleno desarrollo y de las cuales ni siquiera alcanzamos a imaginar, prepararlos para el mundo del futuro sin siquiera tener certeza de cómo será ese mundo (tarea difícil, compleja, pero desafiante), agreguemos a esto que los docentes deben ayudar a superar los problemas sociales, económicos y emocionales de cada uno de los jóvenes con los que trabajan y de las comunidades a las que pertenecen.

Las demandas hacia los docentes son un listado inacabable de lo que se espera que sean,  lo que ha tensionado y generado en muchos casos desazón, desinterés y agobio por tratar de estar a la altura de las exigencias.

Es momento de que las autoridades creen los apoyos reales para ayudar a los docentes a crecer en sus profesiones, a tener las herramientas necesarias para poder hacer frente al cúmulo de demandas que la sociedad le impone, a establecer objetivos claros de lo que espera de la educación y de sus profesionales, a establecer consensos de cómo alcanzar los objetivos propuestos, a establecer mecanismos de participación de los docentes en la toma de decisiones de la política educativa del país y no ser meros espectadores del devenir de cada Gobierno, a entregar un financiamiento concreto, sustentable y pertinente que de seguridad de que lo que se ha propuesto es posible de llevar a cabo en la realidad y en donde se tenga contemplado como elemento central el dignificar la profesión docente, no solo en lo económico, sino que particularmente en lo que se refiere al reconocimiento social por su labor.

Las sociedades que avanzan son aquellas que han consensuado qué mundo de futuro quieren y que utilizan la educación como herramienta para construirlo y es esa labor de la que los docentes son pieza clave e imprescindible.

 

Ricardo Cristi López.

Director de Magíster Dirección y Liderazgo Educacional.

UNAB.


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