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Columnas de Opinión

No hay diputados ni senadores honorables

VIERNES, 5 DE FEBRERO DE 2016
Publicado por

Equipo de Corresponsales



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Cada cierto tiempo nos enteramos de los reajustes que acuerdan darse una mayoría de diputados, ahora la existencia del Bancongreso, que hace adelantos de los emolumentos de los diputados y de senadores, que adelantos no son, pues hay que devolverlos y sin intereses, permite hacer algunos comentarios de distinto orden. Lo primero es aclarar el adjetivo de “honorable”, que se han autoatribuído históricamente los parlamentarios de las Cámaras. No son honorables ya que tienen sueldo y no trabajan ad honorem, o sea, gratuitamente y sólo por el honor. Enseguida que aunque llamen dieta a su sueldo este es un pago mensual que incluye todos los beneficios, aunque muy abundantes, de un trabajo común; y es un pago por sesión como las dietas de cualquier directorio.

Pero hay otro aspecto sobre el cual reflexionar, la calidad del trabajo parlamentario ¿cómo acatar leyes mal redactadas, absurdas o francamente inmorales (en cuanto ha habido parlamentarios que son empleados de empresas involucradas en las leyes que se tramitan)?. Leyes que se oponen al bien general tienden a no ser catadas lo que, por impericia y desidia de los legisladores terminan por ser letra muerta. Igualmente con proyectos de ley pintorescos y prohibicionistas, como el ensañamiento contra los fumadores playeros, con argumentos teñidos de bondad (cuidar la salud y la contaminación) que enmascaran algo principalísimo en democracia, la libertad personal. Todo lo anterior desprestigia la función legislativa y es también una manera de introducir ingobernabilidad e indiferencia, lo que implica una alta abstención.

Si bien no hay parlamentarios honorables, hay muchos parlamentarios honestos y trabajadores. No siempre se ven y no hacen mucha noticia. Los que yo conozco son bellas personas; pero hay algunos con unas ínfulas como si fueran chilenos comunes, algunos son muy comunes. Y en todas las dimensiones imaginables. Pero tengamos fe que los proyectos que sanean la actividad política ayuden a fortalecer este poder del Estado democrático.

 

Rodrigo Larraín Contador

Académico U Central de Chile


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