Reajuste en sector público

Hoy continúa el paro de 48 horas convocado por la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (Anef) en todo el país. En la Región se sumaron la mayoría de los servicios públicos, con excepción del Registro Civil. En los organismos movilizados solo atendieron a través de turnos éticos (embarazadas, discapacitados, tercera edad), situación que se debería repetir en esta jornada.

Nuevamente el tema del reajuste salarial ha sido la principal razón de estas movilizaciones. Y el paro se vuelve a transformar en la medida de presión utilizada por los dirigentes del sector público.

Hace muy poco la ciudadanía debió soportar una extensa paralización de los funcionarios del Registro Civil, con la conocida serie de inconvenientes que se generaron por la falta de atención, ya que los turnos éticos ocasionaron la entendible molestia de la ciudadanía que fue, otra vez, la principal afectada en medio de un diálogo de sordos entre los funcionarios y el gobierno.

Ahora, el paisaje se repite pero en otros organismos del Estado y que también resultan clave para la población, entre estos el Servicio de Impuestos Internos (SII), el IPS, la Tesorería o el Serviu, sólo por nombrar algunos.

El Tipógrafo ya había adelantado –hace algunas semanas- que el reajuste salarial de la Anef sería un duro conflicto para el gobierno en estas últimas semanas del año y en medio de la discusión por el presupuesto 2016. Por ello, este tipo de manifestaciones, que se repiten año tras año, imponen un desafío: Si los interlocutores han sido incapaces de solucionar este tema por la vía del diálogo, es prudente entonces la creación de un mecanismo que vaya más allá de la negociaciones anuales y que pueda ayudar a establecer en base a parámetros técnicos (como la inflación o los indicadores de crecimiento) y no políticos, el monto del  reajuste real de las remuneraciones de los funcionarios públicos. Así se podría  evitar que este tema –especialmente en época de campaña- se termine ideologizando, cayendo en manifestaciones y paros que terminan por complicar a un tercero que poco o nada tiene que ver en esto: la ciudadanía.