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Editorial

Educación superior: Gratuidad y calidad

MIÉRCOLES, 25 DE NOVIEMBRE DE 2015


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Chile sería uno de los países donde existe un mayor gasto privado en la educación superior, según un informe de la OCDE. Aunque las cifras son del 2013, el Ministerio de Educación las reveló esta semana. Una situación que refleja una “alta concentración del gasto por parte de las familias y los hogares», según palabras del jefe del Centro de Estudios del Mineduc, Roberto Schurch. El estudio señala que el país, en esta materia,  sólo es superado por Corea y Japón.

Si miramos estas cifras, resulta positivo seguir avanzando en cómo lograr más y mejores alternativas de acceso a la educación superior en Chile, especialmente para aquellos jóvenes de familias vulnerables. Y en este sentido, la gratuidad es un paso importante, especialmente si el norte es evitar que el tema económico siga siendo la principal traba para optar a una carrera universitaria, profesional o técnica. Y para ello es clave seguir trabajando en un mecanismo que, desde un principio ha resultado confuso. Incluso, así como está el proyecto, la gratuidad no beneficiaría a ningún alumno de educación superior de la región de O’Higgins, ya que esta zona no cuenta con instituciones que cumplan con los requisitos y donde la mayor parte de la matrícula está concentrada en Institutos Profesionales (IP) o Centros de Formación Técnica (CFT), ya que se han transformado en una verdadera alternativa –por sus bajos aranceles y accesibilidad- especialmente en familias donde sus hijos se pueden transformar en la primera generación con un título.

Pero en medio de los avances que se puedan lograr en gratuidad, la autoridad no puede descuidar otro factor clave: La calidad. Resulta importante fortalecer los mecanismos que permitan garantizar una adecuada calidad en la enseñanza que entregan universidades, IPO o CFT. La acreditación es un paso, y el compromiso de las instituciones por velar desde adentro por este aspecto, es otro tan relevante como la labor de las autoridades. Especialmente para evitar que vuelvan a ocurrir episodios dramáticos que terminan con el cierre de universidades, o incluso con carreras que no requiere el mercado.

Avanzar en gratuidad es importante para evitar que el tema económico sea la gran traba de acceso a la educación superior, pero por ello, debe existir un compromiso de la instituciones por garantizar calidad en la enseñanza, entregando las herramientas necesarias que harán del futuro egresado, un profesional capacitado  para desempeñarse adecuadamente en el mercado laboral.

 

 


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