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Columnas de Opinión

Pastores que pierden ovejas

VIERNES, 2 DE OCTUBRE DE 2015
Publicado por

Equipo de Corresponsales



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Conocida es la parábola del Buen Pastor para aquellos que somos creyentes en las enseñanzas de Jesús, donde aquel que lleva sus ovejas, al notar una perdida, deja las que tiene a buen resguardo y sale a buscar en descampado y con riesgo aquella que se aleja. Esa es la figura de aquel que asume la tarea de Cristo.

Algo pasa con los pastores de la Iglesia Chilena, que entre el Censo 2002 y la Encuesta Bicentenario perdieron un tercio de sus ovejas. De repente la cuestión del hogar y la familia cristiana se pervirtió en una discusión sobre mecánica genital.

Hoy, que la defensa de la vida es urgente, desde el feto a la vida jubilada, nuestros pastores están desacreditados. En estos días dudo que Ezzati o Errázuriz promoviesen declaraciones en la mitad de una dictadura cívico-militar a favor de la dignidad humana, que tuviesen la calidad de enfrentarse a Contreras o Guzmán; estoy seguro que habrían ocupado la falacia del punto medio para igualar al asesino con el asesinado.

No, Errázuriz y Ezzati no sólo ampararon a Karadima por acción u omisión. Errázuriz reconoció en su declaración judicial que no investigó por la «fama de santo» de Karadima, a quien curiosamente, no nombraron obispo, pese a esa supuesta fama. Ezzati le lleva bombones al pervertido y Errazuriz se colude con los obispos cómplices del condenado, para exigir silencio y disciplina a otros, como monseñor Goic. Entonces, no hay tal cosa como un «error» cuando hay actos concertados y displicencia permanente con el criminal, pero se menoscaba con publicidad a sus víctimas.

De repente, nuestros pastores se cansaron de pastorear a todas las ovejas, y se centraron en un número menor, que paga mejor y cuestiona menos la impostura de quien pretende lo que no es; el modelo particular subvencionado de la Iglesia no es sólo una cuestión educativa, es una apuesta de largo plazo a un nicho de mercado de gente de formación limitada en la Doctrina y el Catecismo. Por eso tenemos católicos que creen que el lucro está permitido por su fe, porque son más rentables para esos pastores que perdieron la fe hace décadas. La Iglesia Católica de Chile perdió el norte de una mejor sociedad para todos los hijos de esta tierra, apuntando al pretencioso que buscaba separarse de sus hermanos en la salvación particular subvencionada que tuvo a la Iglesia como garante.

El Buen Pastor, ese que cuida a sus ovejas, y que no las expulsa si no le resultan rentables; como si Cristo curase enfermos preguntando por preexistencias. Una Iglesia Chilena para el modelo chileno, a eso hemos llegado, que Dios nos ampare.

 

Francisco Javier Larraín S.

Católico


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