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Columnas de Opinión

El foro de Peumo y la crisis moral del Bicentenario

MARTES, 6 DE OCTUBRE DE 2015
Publicado por

Equipo de Corresponsales



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Asistimos a un foro-debate en esta comuna que organizó su alcalde Fermín Carreño y en el que participaron Mirko Macari, Alberto Mayol y Gonzalo Martner. La palabra que más se repitió para adjetivizar la época fue “incertidumbre”, lo que puede ser bueno si Chile la resuelve bien. Igual cosa sucedió en 1910 pues nuestra oligarquía no terminaba de autocelebrarse por el Centenario que implicó grandes inauguraciones de obras públicas (por supuesto en Santiago) así como de extensas y regadas fiestas y antes de que se levantaran de la resaca del Centenario, el festejo se vino a pique.

Aparecieron obras que cuestionaron y pusieron en entredicho lo alcanzado por la nación en sus primeros cien años de vida independiente. Enrique Mac Iver y otros radicales denunciaron “la cuestión social” y el hacinamiento de los pobres en los arrabales y cites de la ciudad. Tancredo Pinochet, en su “Autobiografía de un tonto” destrozó nuestra sociabilidad basada en el arribismo, la pitutocracia, el amiguismo y la flojera permanente. Francisco Antonio Encina, en su clásico “Nuestra Inferioridad económica” cuestionó nuestro modelo monoexportador basado en la depredación de los recursos naturales y que no agrega valor a la producción, así como también criticó nuestro sistema educativo que solo forma abogados, médicos y curas y que no enfatiza la formación para la productividad.

Alejandro Venegas en sus cartas “al excelentísimo señor don Pedro Montt” denunció que la inconvertibilidad de la moneda era la principal lacra del país. Luis Emilio Recabarren, en “Ricos y pobres a través de un siglo de vida republicana”, se preguntaba «¿Dónde está mi patria y dónde mi libertad? ¿La habré tenido allá en mi infancia cuando en vez de ir a la escuela hube de entrar al taller a vender al capitalista insaciable mis escasas fuerzas de niño?».

Cien años después y cuando aún Sebastián Piñera no culminaba de cerrar los festejos de otro Centenario, estalló el movimiento estudiantil que, en la práctica, puso fin a su gobierno y a la posibilidad de prolongar la coalición oficialista. Fue allí cuando aparecieron obras como “El derrumbe del modelo” de Alberto Mayol; “la economía chilena se balancea sobre la tela de una araña”, de Gabriel Palma y el cuestionamiento al desarrollo de Chile de los últimos cuarenta años.

Seguíamos como hace cien años cuestionando el modelo productivo, su educación y el papel de nuestra oligarquía en esa crisis: el descrédito de los empresarios (donde no hay ningún emprendedor de verdad), gente que se hizo rica con subsidios fiscales y luego con la especulación; los conocidos correos entre los cardenales Ezatti y Errázuriz que ponen en evidencia el derrumbe moral de la iglesia, para que hablar de nuestra oligarquía política sumergida en el barro a través de Penta, SQM, Caval y el financiamiento irregular de la política.

Y resulta curioso que esta vez desde Peumo, el balance sobre nuestra oligarquía siga siendo igual: sin sentido de nación, sumergida tanto ayer como hoy en su propio pantano ético y, sin un proyecto integrador para llevar a Chile al desarrollo. Espero que esta vez, y esta época de incertidumbre y tensión provoque el efecto inverso de hace un siglo.

Edison Ortiz González


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