A raíz de los últimos antecedentes conocidos en la comisión investigadora de la Cámara de Diputados por el caso Caval, miembros de esta instancia solicitaron prorrogar –por segunda vez- el trabajo que está realizando la comisión. Pero la solicitud tuvo dos serios revés en la sala de la Cámara Baja. Primero el martes pasado fueron los diputados Osvaldo Andrade (PS) y Enrique Jaramillo (PPD), quienes no dieron la unanimidad a la solicitud, situación que hoy se repitió a pesar de las gestiones de las distintas bancadas por conseguir el apoyo de todos los diputados.
Así, nuevamente el diputado Andrade se opuso a extender el plazo del mandato de la instancia, al igual que su par socialista Jenny Álvarez.
Tras esto, los diputados de la Alianza y de la oposición que integran la comisión Caval, ingresaron una solicitud para que se constituya una segunda instancia de similares características.
Así como muchas veces se cuestionó la efectividad de este tipo de comisiones, la instancia creada para investigar las responsabilidades políticas del caso Caval había captado el interés de la opinión pública luego de que se revelaran nuevos antecedentes.
Y aunque la instancia no tendrá consecuencias judiciales –y para ello es la Fiscalía la encargada de determinar si los hechos investigados tienen características de delito- sí se estaba conociendo información relevante en torno a este bullado tema. Situación que para muchos ameritaba una extensión de 30 días en el trabajo.
La señal más prudente entonces habría sido dar la unanimidad para prorrogar el trabajo de la comisión, y así poder elaborar el informe final –para que se someta a la votación de la Cámara- con la mayor cantidad de antecedentes.
En medio de un complejo escenario político, con una pérdida de credibilidad en las instituciones, aprobar la prorroga de la comisión Caval se podría haber convertido en una señal clara y potente que pudiera haber ayudado, en parte, a que la ciudadanía vuelva a recuperar las confianzas en sus autoridades.
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