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Columnas de Opinión

La otra lluvia...

MARTES, 1 DE SEPTIEMBRE DE 2015
Publicado por

Equipo de Corresponsales



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Genéricamente cuando se dice lluvia, imaginamos multitud,literalmente masa hídrica que precipita. Las palabras van con la imaginación, de otra forma no suceden.

Lluvia es agua, la que tanto necesitan el aire para su limpieza y la tierra para saciar su sed. El vital líquido que cae sobre los campos hace ubérrima la tierra, por lo tanto es muy benigna.

Agua es vida, se ha dicho. Un bien escaso que ciertos agoreros anuncian será en el futuro motivo de nuevas guerras. El agua no debe tener dueño, y menos que se lucre con ella. Es patrimonio de la sociedad.

La imaginación hace que las palabras alcen vuelos, el lenguaje alcanza sentidos metafóricos: lluvia de ideas, lluvia de maldiciones, lluvia de escándalos, de estafas y de abusos, lluvia de improperios… La lluvia da vida o castiga.
Un texto anterior ‘»Por fin la lluvia» habla de esa agua benigna. Ahora, se trata de la otra lluvia…
Para el ser humano no siempre la lluvia es benigna porque también inunda, arrasa, enferma, ahoga.

Recuerdo el melancólico poema de Carlos Pezoa Véliz (1879 – 1908 ) «Tarde en el hospital». En esos versos la lluvia es castigo. Como castigo es para millones de seres humanos que viven el desamparo material y afectivo como el del citado poeta, que muere joven y en abandono absoluto, únicamente en los brazos de su médico.

La pobreza con lluvia desgarra. En ese caso el agua que cae no tiene de feliz poesía. Es la otra lluvia…

Carlos Poblete Avila
Profesor de Estado
Director Centro de Estudios
Conciencia Crítica


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