Distorsiones

En Psicología Social hay un contenido bastante entretenido en el momento de comprender y conocer: distorsiones cognitivas. Son aquellas en las que se fundan y permanecen estables los errores en el tiempo, una forma de autoengaño si resumimos.

Una de las distorsiones cognitivas más recurrentes es el “pensamiento dicotómico”, que consiste en pensar las cosas como blancas o negras, buenas o mala, bacheletistas o piñeristas. Imaginemos que invitamos una ensalada y preguntamos “lechuga, apio o tomate”, teniendo de ambas… la cuestión es ¿Por qué no las dos? De la misma manera, la gente tiende a evaluar al resto en dos polos, ignorando que los colores son millones. Recuerde que la persona que tiene al frente no es contraria ni una amenaza porque quizás, ni siquiera le gusta el fútbol si no le gusta su equipo. Que haya quienes pidan garantías a los presos no los hace “prodelincuentes” y “anticarabineros”, ni toda gente religiosa es buena y todos los ateos malvados.

Otra de estas trampas es la del “razonamiento emocional”, consiste en evaluar la situación actual en virtud de la emoción que se perciba. Es decir, hay poca capacidad de razonar en virtud de los sentimientos, piense en cómo percibiría su vida completa si el mes que pasa no recibe su sueldo o supiese que debe pagar una multa. Sí, hay gente que por ello cree que su vida es de lo peor porque sufre de manera incontenible a partir de ello.

“Debería”, vivir con la sensación de que se debe hacer algo o ejecutar una cuestión fundamental. Miles de personas no soportan tener calificaciones inferiores a seis, a pesar que declaran comprender que no pueden pretenderla. Lo peor, es cuando ese preciosismo se lo impone al resto “deberías casarte”, “deberían tener un hijo” es una fuente inacabable del cese de visitas a los padres y suegros.

“Abstracción selectiva”, supongamos que usted ha castigado a su hijo de modo equivocado, algunos creen que a partir de ello no sirven como padres. Es decir, de un dato particular concluyen generalidades de sus capacidades como novios, jefes, empleados, etc. Y todo a partir de un detalle.

Hay muchas más maneras de engañarse y mantener una vida miserable. Con ello, se puede hacer pasar un mal rato y hasta una vida insoportable al resto. La verdad si uno decide que es inaguantable que se le pinche un neumático, que se le estropee un disco duro, se le queme la comida, tiene la opción de un mal rato… O de vivir más sanamente, la vida es una cuestión maravillosa.

Francisco Javier Larraín S.

Docente e investigador