El lunes recién pasado, Carabineros de Chile cumplió 88 años sirviendo a la república y al pueblo de Chile, y ello amerita expresar nuestros sentimientos, como ciudadano.
Hemos repetido muchas veces el concepto de que “Dios ama el orden”, que sin tal no hay patria, pues esta se desvanece entre los torbellinos que el desorden, la indisciplina, la delincuencia y otros males traen a las sociedades humanas, en nuestro caso, la chilena. Que Dios ama el orden salta a la vista, con la sola observación de un universo cuyas leyes inmutables reflejan una estructura y un funcionamiento, desde el átomo hasta las más grandes nebulosas o galaxias, sometidos a un orden escrupuloso.
De lo anterior deduzco que Dios ama a Carabineros de Chile, porque es una institución del Estado llamada a preservar el orden, a cumplir un mandato divino, que es eterno, por lo cual esta legión de hombres y mujeres que forman Carabineros, cumplen, o contribuyen a que se cumpla, un mandato supremo intransable, que no podemos desconocer.
Si a lo anterior unimos que el lema institucional es “Orden y Patria”, dos inmensos valores unidos indisolublemente, dificulto que todo hombre o mujer bien nacido no sienta una admiración y una gratitud enormes por nuestros carabineros, cuya misión compleja, mal entendida, injustamente criticada, rebasa las fronteras de la rutina y se asoma a los grandes principios.
La institución policial está constitucionalmente llamada a darle “eficacia al derecho”, lo que significa que la ley debe cumplirse, y que si alguien se niega a acatarla, puede y debe ser obligado a hacerlo por la fuerza. De otra manera, cumplirla quedaría entregada al capricho de cada cual. Es la esencia del derecho.
Curiosamente, llama la atención que algunas ciudadanas y ciudadanos, muy mal informados, o maliciosamente desinformados, imputan a carabineros como falta el cumplimiento de su deber constitucional, en vez de expresar regocijo y agrado porque cumpla cabalmente sus deberes.
En estos días destinados a recordar su fundación, su historia, y a vislumbrar su porvenir, es oportuno apoyar la labor de Carabineros, rescatar su enorme valía, insistir en que se le dote de mayores facultades, como las que tienen todas las policías de las grandes democracias, como Estados Unidos, Reino Unido, y otras naciones que no son ni remotamente estados policiales.
¡No podemos farrearnos a Carabineros de Chile! Por eso, en estos días de aniversario, saludamos a todos sus integrantes, les damos nuestro apoyo y respaldo, y formulamos votos porque su labor trascendental se cumpla cada día en mejores condiciones.
¡Larga vida a Carabineros de Chile!
Mario Barrientos Ossa.
Abogado.
U. de Chile.
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