Durante estos últimos 5 años se ha relevado por la sociedad en su conjunto, la consigna Educación de Calidad, exigiendo mejoras al interior de escuelas, colegios y Liceos del país, ya sea en términos de infraestructura, convivencia escolar, liderazgo directivo y pedagógico pero no hemos preguntado ¿Que calidad de aprendizajes deseamos?, ¿Más contenidos o el desarrollo de habilidades? ¿Que deseamos un estudiante que logre despegar X o que entienda que significa para su vida diaria?
El desafió se encuentra en que lo aprehendido, por parte de los estudiantes les haga sentido y lo apliquen a su contexto en el cuál se desenvolverán. Lamentablemente se deja al margen la anidación de las competencias, ya que en muchas ocasiones, por parte de los Establecimientos Educacionales, privilegian una educacional conceptual, dejando de lado lo procedimental y actitudinal.
Esto nos hace reflexionar que los colegios se encuentran centrados en que los estudiantes rindan una buena PSU, ya que aumentarán su matrícula y su imagen de un colegio, que entregar calidad educacional, pero ¿Realmente ese estudiante que rindió la PSU, se encuentra capacitado para la resolución de problemas? Entiendo la resolución de problemas como un proceso que implica diferentes habilidades de indagación, búsqueda de posibles soluciones, planificación de vías de solución, decisiones para tomar el camino óptimo y dar respuestas, posteriormente se validan dichas soluciones y se comunican.
Necesitamos que nuestros estudiantes en las escuelas, colegios y liceos puedan adquirir habilidades tanto de niveles inferior y superior y que su apropiación sea de manera progresiva desde el nivel de educación parvularia hasta el nivel de educación superior. Que al egresar de los colegios tengan las habilidades para desenvolverse tanto en la vida académica o en el mundo del trabajo.
El desafío es altamente exigente para todos los actores involucrados en la educación de nuestros jóvenes. Los profesores adecuando su didáctica, evaluación y contextualización de la enseñanza. Directivos apostando por un cambio en su liderazgo y empoderándose como gestionadores de los aprendizajes en el aula.
Mas que despegar una letra o signo, es darle sentido en su vida y que comprendan que ir al liceo es acceder a una cultura que los dotará de elementos que son compartidos por su conjunto y así se sentirán incluidos y no excluidos de una cultura que en muchas ocasiones los aparta.
Juan Francisco Castro Caris
Profesor de Historia y Ciencias Sociales
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