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Columnas de Opinión

Para saber y contar

VIERNES, 23 DE ENERO DE 2015
Publicado por

Equipo de Corresponsales



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Revisados los resultados de la pasada PSU, nos encontramos con las siguientes estadísticas: un 58% de los egresados de colegios particulares logró superar los 650 puntos, mientras que en la educación municipal, poco más de un 2% alcanzó similar meta.

Cabe preguntar: ¿hay mejor demostración, empírica, que la reforma educacional en actual etapa de legislación está mal enderezada y peor concebida?

Porque, en vez de mejorar la fenecida educación pública chilena, el proyecto se dedica a aportillar la exitosa educación particular. Emparejar hacia abajo.

¡Aleluya!

Dice sabiamente el refrán, fruto de la experiencia, que “la velocidad de la flota la determina el barco más lento”. Viejo como el mundo, cierto como que hay día y noche.

Al eliminarse la selección, a ultranza, en los colegios de la república, necesariamente la ya lenta flota de la educación reducirá su velocidad, pues enseñar a los menos dotados por la madre natura, desde Adán hasta nuestros días, ha sido un proceso más lento y dificultoso. Obviamente, hablamos de selección en razón de de capacidades, no de origen social ni de recursos económicos.

¿Cuál es el pecado de seguir otro viejo refrán: “cada oveja con su pareja”? Los inteligentes acá, rápidos y certeros, avanzando rápido, los menos habilosos, allá, con buenos profesores y enseñándoles lo mismo, pero con ritmo más lento y pacienzudo. Todos aprenden lo mismo, a sus respectivas velocidades.

Nuestros legisladores pretenden seguir el camino de frustrar a los más dotados, inmersos en cursos mediocres, de lento aprendizaje, para honrar a una diosa desconocida que alguien sacó del closet.

Una cosa es enseñanza para todos, de la misma calidad, gratuita si es posible, otra diferente enseñarle a cada cual, lo mismo, pero a la medida de sus velocidad de aprendizaje o del talento que natura le regaló. Eso obliga a seleccionar.

Si Oxford funcionara en Chile, ¿no podría seleccionar a sus alumnos? ¿Alguien entendería eso? Consulten a los premios nobel que han egresado de sus aulas.

¡Señor, dame tu fortaleza!

 

Mario Barrientos Ossa.

Abogado.

Magister en Derecho U. de Ch.


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