Confesión de parte...

Hace unos pocos días economistas de la Escuela de Chicago publicaron un algoritmo que reproducía una certeza que cualquier científico social sabe: que las propuestas de la autodenominada escuela austríaca, o falsamente neoliberal (odian la meritocracia, prostituyéndola a la acumulación de bienes; y sueñan con generar un apartheid a partir del ingreso, más allá de la responsabilidad del apartado).
En resumen: la baja tasa de interés expolia a loa ahorristas para transferir esa riqueza a los bancos, corporaciones y al Estado, dependiendo del país. Según el Credit Suisse, el 1% de Chile acumula el 44,1% de la riqueza neta de Chile, aumentando 10 puntos en 3 años. Es decir, hay menos dinero neto en manos de la mayoría de la población y el Estado para generar crecimiento económico neto.
Sin embargo, politicos , comunicadores y economistas atribuyen a la «incertidumbre» la «desaceleración» económica que nunca fue tal. Porque continuamente la mayoría de la población vive con menos riqueza real. Sólo quienes pretenden, desde las corporaciones y holdings, vivir por nada, a nuestras costillas, nos dicen que tenemos una oportunidad.
La tasa de interés en Chile se vive, más allá de la ley, distintamente según el tamaño y poder del actor económico. Nos dicen que debemos soportar trucos elusivos a través del FUT, pero asumiendo que el ahorro individual en términos reales, pierde valor. Explicarle a un ejecutivo de empresa grande, que debe dejar de trampear o delinquir no es simple: Golborne mismo atribuyó rigor económico al choreo vulgar a clientes de un Holding.
Gente que se ha hecho rica en contra de la población, en contra suya. No le crea a sus presstitutos y economistas que no soportan prueba econométrica o científica. Recuerde que el temor al desastre económico desaparece cuando se deja de oír el «ándate a Cuba o Venezuela», cuando países de la OCDE lo resolvieron hace mucho, y mucho mejor.
La incertidumbre, en definitiva, es de quienes buscan oprimirnos política, económica y laboralmente. Es una buena señal que usen sus medios para declararla. No deje que la ignorancia de quien, orgulloso de su sometimiento, exige su sometimiento al expolio cotidiano. Hay que hacer de Chile lo que su himno declara.

Francisco Javier Larraín S.
Académico e Investigador