La reforma educacional tal como se está planteando en una de sus aristas, busca potenciar la formación docente, y sin lugar a dudas, este es un punto vital para la mejora educativa: debemos fortalecer las herramientas pedagógicas de nuestros profesores y para ello se requiere que las Universidades mejoren la formación inicial, pero también se requiere la valoración social de esta profesión. Sin embargo, el segundo nudo crítico y sobre el cual no se ha dado el énfasis necesario en el relato de nuestras autoridades y que toda la investigación ha comprobado y establecido que es un punto de inflexión real para mejorar la calidad de las escuelas, está relacionado con el liderazgo de nuestras instituciones educativas.
El rol del director de la escuela ha ido cambiado, según se ha ido complejizando esta institución y por ello se hace necesario profesionalizar esta tarea. Los líderes escolares son lo que generan la simbiosis entre los estudiantes, docentes, los padres y su entorno en general, esto sumado al cambio social que ha generado mayores expectativas sobre las escuelas, la globalización, el desarrollo tecnológico, han significado que el quehacer de este rol no sea sencillo. Las nuevas necesidades implican que este director sea capaz de gestionar los recursos humanos y materiales, que genere relaciones y se articulé con su entorno social y cultural y que además tome decisiones basados en datos técnicos, todo ello con el único objetivo: tener aprendizajes con sus estudiantes.
Gardner, define al líder como “un individuo que afecta significativamente los pensamientos, sentimientos y comportamientos de un número significativo de individuos”, lo que conlleva, que ser Director de un centro educativo, requiere de un gran cumulo de habilidades, conocimientos y actitudes que no cualquier individuo tiene desarrollado, por loque se hace necesario hacer hincapié en la formación de líderes pedagógicos, con el foco puesto en la instrucción, pero también con herramientas concretas que lleve a la construcción de comunidades de aprendizajes, para la toma de decisiones, para orientar el desarrollo integral de todos los miembros de su institución, para reorientar los recursos según las necesidades y su plan estratégico ycon una fuerte orientación hacia crear un clima de integridad, deinvestigación y de mejora continua.
Numerosos estudios dan cuenta hoy, que si bien los directores son personas con alta preparación en docencia, es decir, han sido buenos docentes, su liderazgo es insuficiente para dirigir una escuela, esto, simplemente porque su formación no coincide con la diversidad y complejidad de sus responsabilidades.
Un buen Liderazgo escolar facilita en gran medida el mejoramiento de una institución educativa y con ellos los resultados de aprendizaje. Sin embargo, para tener un buen líder, primero se debe tener conciencia de la responsabilidad que esto implica y segundo debemos fórmalos, desarrollarles las habilidades concretas y darles la oportunidad de convertirse en “lideres pedagógicos”, para ellos nuestras autoridades políticas deben establecer políticas claras que apunten a esto y estimular la creación de un entorno eficaz para la formación inicial y continua de estos líderes.
Ricardo Cristi López
Magíster en Gestión y liderazgo educacional
Director Programa Magíster UNAB –Sede Rancagua
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