Hasta un centro de rehabilitación de la Región Metropolitana fueron llevados dos polluelos de lechuza, “Tyto alba”, que anidaban en la techumbre de la construcción y que producto de la remodelación de la Parroquia de Lolol, quedaron sin nido luego que cayera al suelo de la plaza de la comuna.
Vecinos alertaron al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) que, a través de funcionarios de la Oficina Sectorial Santa Cruz, rescataron a las crías y las trasladaron hasta el centro de cuidados.
Diego Ramírez, coordinador regional de Vida Silvestre del SAG señaló que “esta especie, al igual que todas las aves rapaces nocturnas, son eficientes controladores naturales de plagas, dado que su dieta la constituyen principalmente roedores que tienen actividad también nocturna. Por eso es esencial que la comunidad los vea como sus aliados naturales y los integren en una suerte de convivencia armónica, en donde el ser humano los proteja y ponga a disposición su infraestructura para su anidamiento y la lechuza mantenga estas áreas libres de plagas”.
La lechuza, especie protegida por la Ley de Caza, pertenece a la familia Tytonidae de la orden Strigiformes. A esta misma clasificación responden aves de hábito nocturno, como los tucúqueres, los chunchos y el pequén, entre otras. Es una especie considerada como beneficiosa para la actividad silvoagropecuaria y benéfica para la mantención del equilibrio de los ecosistemas naturales.