Segunda causa de muerte entre jóvenes en Chile, que en la OCDE el 2012 sólo iba tras Corea. Mientras usted teme a lo que le digan que sus hijos se exponen, comprándose un poco de paz entregándoles cosas que no desea.
¿Qué tiene un joven hoy como promesa de vida? El grueso de nuestro sistema educativo no llega a miles que lo necesitan. ¿Cuál es el sentido de existir de un muchacho en esta tierra que pretenciosa (y sometidamente) se dice globalizada? El vano éxito, uno que en realidad nunca se termina de dibujar (sea tener, pretender que se tiene, espacio para aplastar a otra persona humana). Las estadísticas demuestran que en caso de alcanzar a ser sub-empleados, nuestros jóvenes casi en un 80% no llegarán a 300 mil pesos mensuales de ingreso.
Es más, la mayoría de la gente les teme cuando sale a caminar y percibe a una persona menor de 30 y mayor de 15. Peor, si es moreno con acné o de cabello hirsuto con carrillos que acusan alcohol.
Les decimos que la política no vale la pena. Que la religión es una tontera y corren a afeitarse las cejas los niños para sentirse lindos, desesperados por encajar de alguna manera que siempre les termina siendo lesiva; habida la progresiva falta de capital cultural asociada a la concentración de menores en los sectores menos favorecidos.
Veo gente que estudia para “intervenir”, que en su nihilismo (no científico) descorazonado es destruir una familia. Cosa que nuestros niños crezcan continuamente más desestructurados, con padres ausentes forzados a trabajar en un sistema laboral indigno y en jornadas contrarias a la tenencia exitosa de familia. Es cosa de ver, una entelequia como un club de fútbol en relación a un espíritu de una comuna o de un barrio popular es lo que más exitosamente ha convocado a nuestros jóvenes desde hace décadas.
Sólo roto por las movilizaciones estudiantiles, este clima que les dice a los chicos que no tienen por qué lidiar con la frustración. Muchos cercanos a los 20 hacen pataletas propias de los 8 años en búsqueda de una figura parental para manipular por la culpa un capricho. Pero, quienes temen a los jóvenes movilizados u organizados en distintos colectivos creen que su hijo pasto de videojuegos y de carencia de contacto social está más seguro en casa. Sin embargo, el suicidio juvenil yace mucho más cercano a quienes son aislados o sintieron que no encajaban en alguna de las promesas que la sociedad alcanzó a mostrarles para dar sentido a su conducta.
Rancagua, se ha globalizado. Al menos no todas las autoridades de la ciudad vienen de fuera de la ciudad. Aún queda esperanza.
Francisco Javier Larraín S.
Docente e Investigador.
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