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Columnas de Opinión

Negociaciones exitosas

VIERNES, 12 DE SEPTIEMBRE DE 2014
Publicado por

Columna de Opinión



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Las noticias indican que se ha llegado a acuerdo en algunas materias que complicaban a la Iglesia Católica respecto de la Reforma Educacional.  El obispo Vargas ha conseguido el compromiso de arriendo regulado –las idea es que los sostenedores sean propietarios del establecimiento–y que haya algún grado de excepción en el sistema de admisión, de suerte que vayan los apoderados directamente al colegio y no postulen a sus hijos a través de una plataforma virtual.  Mons Vargas comentó los acuerdos como un importante consenso, pero no totalmente, imagino que aún falta obtener algunas cosas torciendo un poco la ideas matrices de la reforma y consiguiendo otras excepciones.

Sin embargo, lo que sorprende es que agrega un comentario malicioso en contra de los así llamados liceos emblemáticos.  Dice “el tema de los liceos emblemáticos no es un tema que nosotros aceptemos así nomás, porque a mí me parece que todos los colegios de Chile deberían estar llamados a ser colegios emblemáticos… me gustaría saber cuál es el concepto que se utiliza para describir a un colegio emblemático, porque esta se presta a todo tipo de arbitrariedades, y creo que hay colegios que son más emblemáticos que los que se han denominado como tal”; así es, tal cual.  Aparte de inaugurar una nueva lógica, el tiene juicio de lo que es incapaz de definir, hay un torvo desprecio por los colegios municipales pobres que a punta de esfuerzo de profesores y alumnos tienen éxito en las pruebas corrientes del sistema educativo, es decir, la meritocracia.

Aparte de los exabruptos, hay una cuestión de la mayor importancia que a simple vista no se aprecia: el Obispo Presidente de Área de Educación de la Conferencia Episcopal tiene como preocupación principal defender la educación así llamada católica que es particular subvencionada y particular (a la que casi no toca la reforma), o sea que para los colegios municipales está bien, no hay un juicio o aporte excepto la destrucción de los emblemáticos municipales.

Parece que no es sino la defensa del negocio escolar, no es la libertad de educación, pues los pobres no eligen, mandan a los hijos donde pueden; además, que nadie mira el proyecto educativo del colegio, sólo los sectores más ilustrados, lo que uno busca es una historia de rendimiento y un poco de disciplina.  Porque, ¿Qué de especial tienen colegios católicos que no pertenecen a congregaciones católicas y si cuando pertenecen no tienen el carisma educacionista?  De ahí que se observe el regateo con el ministerio del ramo.  Los padres y abuelos católicos con hijos y nietos en escuelas y liceos municipales hubiésemos esperado alguna mínima orientación desde el pastor, pero no estamos en su agenda.

Rodrigo Larraín Contador
Sociólogo
Docente U Central de Chile

 


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