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Columnas de Opinión

¿Qué pasa con el teatro regional?

MARTES, 19 DE AGOSTO DE 2014
Publicado por

Columna de Opinión



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Alguna vez le escuche decir a un octogenario rancagüino, en una de las tantas oportunidades en que se anunciaba su construcción que él, desde pequeño, venia escuchando esa vieja cantinela, lo que de algún modo evidenciaba su escepticismo sobre su concreción real. Como aspiración  de las autoridades locales,  la oí en boca de los hermanos Valenzuela – Teo y Dario –, luego, con Pedro Hernández volvió a reflotar la idea y se dejó presupuesto para los primeros estudios. El asunto entró en tierra derecha cuando Arellano invirtió varios cientos de millones de pesos en diseñar el proyecto. En aquella época el actual alcalde era concejal y creía que “la cultura no daba votos”. Vino enseguida el cambio de gobierno y la gestión clave de en el área del actual diputado Issa Kort. La posibilidad de su realización hizo el milagro: convencer a Eduardo Soto que la cultura es importante. El tema fue tan relevante que, como suele suceder, se usó como caballito de batalla en las municipales y parlamentaria. Se pusieron todas las piedras posibles, se inauguró y reinauguró hasta el colmo y a la criatura, hoy, le sobran padres.

Debo reconocer que aún no lo he visitado y no ha sido por despecho, ni envidia. Los que me conocen saben que tengo la mala costumbre de acostarme con las gallinas y levantarme con ellas, lo que significa que soy poco asiduo a salir parde que es cuando, en general, se exhiben las obras. Si he escuchado que el teatro ha sido un gran aporte al desarrollo cultural local y han pasado por allí grandes espectáculos. Aunque también ha habido polémica por la supuesta exclusión de los artistas locales que intentó subsanarse con la realización  del Rancagua Fest.

Pero no todo es miel sobre hojuelas. Se sabe que la obra no se entregó por parte del MOP como corresponde – también hay una responsabilidad de la autoridad local en recepcionarla sin que todo estuviera en regla, pero claro, ¡había elecciones! – de la que da cuenta la múltiple correspondencia entre el director  del teatro con los profesionales del MOP. Se reconoce  que hay serios problemas con el aire acondicionado como muchos espectadores lo notaron en una de las últimas presentaciones, la que, por ahora, se ha suplido con turbo calefactores externos; se sabe que el teatro funcionó durante más de un año sin alcantarillado y que un camión limpia fosas de la sanitaria local limpia periódicamente; la cámara acústica, aún está sin poder emplearse porque literalmente se está desarmando;  el piso de la sala de ballet lleva esperando su reparación ya un año; es de conocimiento público, además, que el escenario solo se ocupa en un tercio de su capacidad. En fin, la lista de anomalías es larga, pero el MOP, tampoco hace efectivas las boletas de garantías.  Hay una cartelera de 18 eventos comprometidos y el asunto puede terminar mal, tal como lo diagnóstico, Carlos Contador, director  regional del MOP: “Me parece que el problema escala a mayores, ya no se tratan de pequeñas observaciones” y encargó un levantamiento completo de las irregularidades.

Sin embargo, sigue pasando el tiempo, el teatro un día va a colapsar, se cumplirá el periodo fatal para hacer exigible las boletas de garantías y tendremos, como siempre, a las autoridades, culpándose unas a otras por el tremendo desaguisado que lleva más de un año informándose periódicamente pero que hasta hoy, sigue igual. Es lo que hay…

 

Edison Ortiz


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