La Enmienda al Estatuto del Niño y del Adolescente brasilero que seconoció días atrás, se enmarca en el resguardo del Derecho de niños y niñas a no ser maltratados. Uruguay ya lo hizo, modificando en 2007 el Código de la Niñez y estableciendo la prohibición de la utilización del castigo físico o cualquier tipo de trato humillante de niños y niñas.
Desde esta mirada, es importante reflexionar sobre del concepto de “obligación progresiva”, el que compromete a todos los Estados partes -independiente de sus recursos-a hacer efectivos los derechos de niños y niñas, teniendo que tomar “medidas legislativas para hacer tangibles dichos derechos”, que tengan que complementarse con medidas reglamentarias, administrativas y judiciales, y decisiones políticas, económicas y sociales que aseguren su goce efectivo.
La ratificación de Chile a la Convención de los Derechos del Niño y la Niña en 1990, otorga a la sociedad en su conjunto obligaciones que den cuenta de la implementación de un sistema que resguarde los derechos garantizados a la totalidad de los niños, niñas y adolescentes de nuestro país, reconociéndolos al igual que los adultos.
Avanzar en la promoción de los derechos es fundamental. Por ello, Fundación Integracomo institución comprometida con el resguardo de los Derechos de niños y niñas, ha trabajado en esta línea a través de su Política de Bienestar y Protagonismo Infantil, relevando en los niños y niñas la necesidad de contar con garantías particulares como titulares de sus derechos, protagonistas de su propio desarrollo y participando activamente en la sociedad, considerándolos con sus características, intereses, necesidades, motivaciones y opiniones las que son reconocidas por los adultos, tomando en cuenta la autonomía progresiva para el ejercicio de sus derechos como sujeto particular, diverso e individual.
Las Instituciones garantes los derechos de los niños y niñas deben proveer de las condiciones necesarias para que los niños y niñas se desarrollen en ambientes protegidos, seguros y estimulantes que contribuyan a su desarrollo pleno, generando una base afectuosa y de relaciones positivas con los adultos significativos y con sus pares en un ambiente que los considera y respeta como legitimo sujeto de derechos con necesidades e intereses particulares.
Patricia Pino, Directora Regional
Fundación Integra O’Higgins