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Policial

La vida que llevó en prisión el único imputado por cuádruple homicidio de familia Piombino

MIÉRCOLES, 20 DE AGOSTO DE 2014
Publicado por

Carla Dinamarca Miranda


Jaime Ibáñez pasaba sus días leyendo y escuchando música, y además realizaba trabajos en madera.


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Jorge Ibáñez, tenía la celda 16 del módulo 86 del complejo Penitenciario.

Jorge Ibáñez, tenía la celda 16 del módulo 86 del complejo Penitenciario.

De bajo perfil, tranquilo y de buen comportamiento, describieron los funcionarios de Gendarmería a Jaime Ibáñez, el único imputado por el cuádruple homicidio de Rengo, ocurrido el 31 de agosto del 2011, quien el lunes recién pasado se suicidó en su celda de la cárcel de Rancagua.

El 6 de septiembre de 2011, este hombre fue formalizado en el Juzgado de Garantía de Rengo por los homicidios calificados de sus suegros y sus dos cuñadas. Desde ese entonces permanecía en prisión preventiva y sus días en el recinto penitenciario se remitían a leer y realizar trabajos en madera.

Ibáñez, tenía la celda 16 del módulo 86 de la cárcel, en este lugar se ubicaban los imputados de media baja, los internos de bajo compromiso delictual, trabajadores y que al ser condenados pueden optar a beneficios.

“Él, por lo que se podía ver, era retraído, no compartía con sus pares, pasaba gran parte del día leyendo y escuchando música. También  realizaba trabajos para ocupar su tiempo, en general collares de madera, básicamente para  pasar el día a día y el tiempo. No  eran trabajos de gran valor los que podría vender”, indico el jefe de módulo, teniente primero Patricio Torres.

En su paso por el centro penitenciario –casi 3 años- el acusado tampoco causó desordenes o algún hecho de connotación. Incluso en el sistema de régimen interno del recinto no registraba faltas o alguna conducta extraña.

Por su parte, el alcaide del recinto, coronel Fredy Herrera, manifestó que “era un interno calmado bien reflexivo y tenía contacto con los profesionales de nuestra área”.

Investigación administrativa

Este es el segundo suicidio que ocurre en el complejo penitenciario en lo que va del año. Es por esta razón que en paralelo a la investigación que lleva la justicia, Gendarmería instruyó una interna de carácter administrativo.

El alcaide indicó que respecto a los procedimientos de los funcionarios, luego de que los internos ingresan a sus celdas, personal nocturno pasa rondas durante la noche.

“La última ronda fue alrededor de las 7:30 de la mañana y el personal pasa celda por celda y éste  interno, como se encontraba en el baño, no tenía la visión el funcionario por si efectivamente se encontraba en las condiciones que se encontraba”, indicó Herrera.

El fallecido permanecía en una celda individual de 2×3 metros y la visión externa se podía realizar por una mirilla de aproximadamente 10×15 centímetros, sin embargo, el día del suicidio, el cuerpo de Ibáñez no se pudo ver ya que éste había corrido la cortina para obstruir la visión de los gendarmes.


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