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Columnas de Opinión

Reflejo de opresión

VIERNES, 25 DE JULIO DE 2014
Publicado por

Columna de Opinión



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Vivimos en un país de raigambre profundamente cristiana. Todos los fines de semana por miles se concurre a algún templo, iglesia, capilla, estaca o espacio. Creen en el hijo de Dios, en un muchacho que nace en condiciones de ser un pueblo oprimido en su propia tierra. Nuestra dirigencia social, política y económica muchas veces se dice cristiana, aunque defiendan un sueldo mínimo que es un pecado según el Catecismo Católico.

Tenemos una franja de tierra al Sur que invadimos como Estado para despojar al pueblo que la poseía (de hecho, España los reconoció independientes antes que a Chile). Se cometió un genocidio, el Estado vendió tierras a privados que revendieron mil veces para tratar de ocultar el crimen. Ahora, el mito del mapuche que vende ebrio es la excusa más repetida. No es algo que nos ennoblezca, y es duro cuando se investigan los hechos en lo académico más allá del adoctrinamiento del Estado.

Hoy, se busca condenar el que haya un Intendente mapuche que, en la práctica, ha establecido más medidas de seguridad en la zona que la administración anterior. ¿Su pecado? Ser un funcionario de Estado que cuestiona el origen irregular de la propiedad. La mayoría de quienes lo arrollaron comunicacionalmente son justamente, públicos adoradores del hijo de Dios oprimido en su propia tierra.

El pueblo abandonado a su suerte el 70 después de Cristo, una vez que la dirigencia que los oprimía escapó tras la persecución romana, fue invadido por musulmanes y cristianos, muchas veces convertido a la fuerza, les llaman palestinos hoy.

Durante el siglo XX, la herencia de quienes se comprendían dueños de la tierra (como cualquier poderoso) los hizo organizar el retorno. La Juventud Sionista Alemana pacta con los nazis el exterminio o expolio de los judíos que no quisieran ser deportados a Palestina, nazis y sionistas tendrían pureza racial en sus territorios de interés. Sabemos cómo continuó esa historia: sólo un imperio racista está ganando fuerza.

Hoy, el Estado de Israel, que toma el nombre bíblico de uno de los reinos, ha generado en Gaza lo que los judíos víctimas del pacto nazi-sionista vivieron en el gueto de Varsovia (sus supervivientes apoyan la autodeterminación palestina). Y no, no es un problema de los judíos, son dos pueblos controlados por una dirigencia que les alimenta la desconfianza y el desconocimiento del otro. Gaza, convertida en un guetto recibe la indicación de evacuar, como si se pudiera.

Mapuches y palestinos, dos pueblos oprimidos en su propia tierra. Mis compatriotas cristianos olvidan que el hijo de su Dios nace oprimido.

Francisco Javier Larraín S.

Docente e investigador


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