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Columnas de Opinión

Para saber y contar (XXXI)

MIÉRCOLES, 23 DE JULIO DE 2014


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1.-La rotada nos tiene invadidos y ahoga nuestra calidad de vida, día a día, con sus groserías y conductas deplorables. Entendemos por rotada esa caterva de hombres y mujeres que hacen gala de sus malos modales, de su falta de respeto, de su ordinariez, sin distinción alguna de clase social: van desde empingorotados o empingorotadas personas, hasta modestísimos ciudadanos.

Forman parte de la rotada quienes conducen a exceso de velocidad, adelantan por las bermas, roban el derecho a paso con prepotencia, echan el auto encima, bocinean a destajo. Recuerdo la frase: “La bocina es la voz del roto”.

Son los que eluden una ordenada fila de vehículos ingresando por la pista de la derecha, destinada a doblar en esa dirección, y luego abruptamente viran a la izquierda, sin derecho alguno, el típico roto que se cree vivo y celebra su grosería.

Lo peor es que van con niños a bordo, enseñándoles desde pequeños el arte de burlar al prójimo. Detestable mala enseñanza.

Son los que tienen transformada la Carretera El Cobre en un basural, convertida de una hermosa vía, en un desagrado diario.

Integran la rotada quienes tienen las calles, plazas y espacios públicos ensuciados con todo tipo de desperdicios, los que ofenden a su vecino con música estridente, o hablan de un modo soez, en alta voz, no importando si están siendo escuchados por niños o mujeres, que merecen respeto.

Es peor ser infractor que roto, porque entre los primeros puede haber caballeros o damas, entre los segundos, ninguno.

2.-Estimo que lo anterior es fruto de la mala enseñanza que se da en muchos colegios, antaño en todos se impartían clases de urbanidad y buenos modales, hoy a duras penas las lecciones más elementales.

Tanto que se habla de reforma educacional, de maravillosos modelos, se usa un lenguaje confuso, pero nada se escucha de lo esencial: que se vuelva a educar y no solo a mal instruir.

Es tiempo de tomar el toro por las astas, reponer la disciplina en los colegios, terminar con las tomas, la falta de respeto al Magisterio, que se impartan auténticamente las enseñanzas y no se haga un juego burocrático diciendo que se enseña, y a la vez inventando excusas para no cumplir.

¿Habrá gente con pantalones para ello? No me atrevo a contestar, luego de ver a los dirigentes políticos de la seudo derecha peleándose por posar en la foto con la señora Bachelet, aprobando una reforma tributaria que denostaron y que ahora resulta que es estupenda.

¡Señor, dame tu fortaleza!

Mario Barrientos Ossa.

Magister en Derecho U. de Ch.



Acerca de Mario Barrientos Ossa.
Nació en Rancagua. Egresó del Instituto Nacional y cursó Derecho en la Universidad de Chile. Es Diplomado en Administración Pública y Magíster en Derecho de la misma casa de estudios. Se desempeñó como Contralor Regional y subjefe del Departamento de Estudios de la Contraloría. Posteriormente, fue Asesor Jurídico de la División El Teniente. A contar de 1994 ejerce liberalmente la profesión en su Estudio Jurídico. Fue alcalde de Rancagua y uno de los cofundadores de la Universidad Leonardo da Vinci. Fue profesor en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación y en la Universidad de Aconcagua, cuya Revista de Derecho creó y dirigió. Se desempeñó como Abogado Integrante de la Corte de Apelaciones de Rancagua.
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