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Columnas de Opinión

¿La Moneda contra Eyzaguirre?

MARTES, 22 DE JULIO DE 2014
Publicado por

Columna de Opinión



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Hace poco le sugerí a un editor periodístico que siguiera con atención la tensión comunicacional que se mantenía desde ministerios de La Moneda con Nicolás Eyzaguirre. A través de filtraciones y declaraciones en off, se evidenciaba un intento permanente por hacer aparecer al Mineduc, y su gestión, como intervenido; pese a que se  sabía, por ejemplo, que la jugada que llevó a Andrés Palma era de responsabilidad absoluta del ministro quien puso a un DC pro reforma en educación y no  a un cercano a los sostenedores privados, como quería Walker. Como son conocidas sus aspiraciones presidenciales, es posible que su figura moleste a quienes se creen herederos naturales del legado de Bachelet, o que algún ministro de palacio débil filtré rumores sobre colegas para desenfocar a la prensa, y ganarse con ello algún reportaje de fin de semana. Ambas variables están presentes en el actual equipo político.

Los que conocen este mundillo sabían, además, que el mismo Eyzaguirre venía pidiendo a Harold Correa como jefe de Gabinete, precisamente para mejorar la coordinación con Palacio, petición que originalmente no se dio, pues éste había priorizado trabajar con Peñailillo.  Por eso llamó la atención que cuando finalmente se trasladó al Mineduc, se filtrara la idea de la intervención de la cartera por Interior. Harold Correa tampoco ha aclarado el punto. En tanto el ministro, ratificaba que en educación no habría espacio para “una cumbre de las galletas”, luego de su reunión con la bancada estudiantil y le daba un nuevo impulso a la reforma reforzando sus ejes estratégicos y su difusión entre la ciudadanía. Ahí se inscribe, además, su participación en la sesión del PPD del sábado, en que reiteró el clasicismo de nuestra educación, siendo esa su respuesta a la nota del viernes en La Segunda – Eyzaguirre y el crítico diagnóstico de La Moneda – donde, desde fuentes de La Moneda se volvía a criticar su gestión  –“En Palacio creen que la intervención en el Mineduc ordenó la cartera, pero aún ven «fuera de foco» al ministro”. Además de ser una nota poco lúcida, evidenciaba una deslealtad absoluta tratándose de uno de los miembros del gabinete con uno de los mayores retos. Es un autogol de media cancha de las altas esferas del ejecutivo que, seguramente, la derecha y los interesados en que no prospere la reforma deben haber seguido con el mayor interés. Es como si desde La Moneda se estuviera trabajando para hacer caer la reforma (y de paso al ministro).

La idea gramsciana  de la construcción de bloques históricos por los cambios ha sido parte del ABC del progresismo y referente obligado a la hora de romper el conservadurismo existente. En Educación la presidenta acogió la demanda ciudadana y se configuró una coalición de esa naturaleza. No sabemos si quienes hicieron las filtraciones eran conscientes  del sentido estratégico de esta formulación, omisión que, al gobierno y a las aspiraciones ciudadanas, podrían costarle caro. Han dado una clara lección de poder, aunque aún no sabemos para qué.

Eyzaguirre, como cualquier ser humano, tiene defectos, pero es lejos el ministro más progresista que ha ocupado esa cartera. Si se va, el movimiento estudiantil más radical y también sus detractores conservadores celebrarán. No duden que luego de él vendrá un  secretario de Estado, muy cercano a la iglesia católica o a los sostenedores como ya ocurrió en 2008. Símbolo de que por impericia propia, sin cumbre de las galletas, ni de acuerdos extra institucionales, se puede terminar desfondando la mayor promesa del gobierno.

Edison Ortiz


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