
El proyecto busca adaptar la contratación agropecuaria al tipo de producción.
La Mesa Nacional Agrícola, integrada por organizaciones gremiales y sindicatos del sector silvoagropecuario, se reunió con el ministro de Agricultura, Carlos Furche, a quien pidió reimpulsar el proyecto del Estatuto del Trabajador Agrícola, actualmente en su primer trámite constitucional en la Cámara de Diputados.
La iniciativa adapta la normativa laboral, ajustándola a los ciclos propios del agro. De este modo permite, por ejemplo, establecer jornadas laborales acordes a la demanda productiva de rubros como los lácteos, frutas, vitivinícola, semillas, hortalizas y ganadería.
El proyecto nació de la labor realizada durante dos años por la Mesa Nacional Agrícola, instancia que trabajó en busca de consensos que permitieran crear el proyecto y entregarlo al Ejecutivo quien, finalmente, lo patrocinó y presentó al Congreso en octubre de 2011. Sin embargo desde esa fecha, y pese a que la iniciativa fue considerada un hito por recoger demandas históricas del sector, el proyecto no ha registrado avances sustanciales.
“Este proyecto representa un avance inédito en materia laboral y entrega ventajas significativas tanto para el trabajador como para el productor silvoagropecuario; adaptando la normativa vigente a las condiciones naturales del agro, haciendo más productivo el sector y perfeccionando el status del trabajador agrícola. Lamentablemente esta iniciativa, que surgió precisamente del diálogo entre trabajadores y empresarios, se encuentra entrampada en su primer trámite constitucional en la Cámara de Diputados”, señaló Patricio Crespo, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), gremio que integra la Mesa Agrícola y que hoy acogió la reunión con el ministro del ramo.
El proyecto ingresó al Congreso el 5 de octubre de 2011 y, entre otros cambios, establece pactos agrícolas por una o más faenas determinadas. Con esto, busca adaptar la contratación agropecuaria al tipo de producción evitando formalidades que la retrasen innecesariamente y adaptándose a las condiciones naturales del trabajo en el campo. El proyecto permite dividir la jornada diaria, haciendo más eficiente el trabajo en rubros que, por su naturaleza, funcionan en tiempos y horarios diferentes a los del mundo urbano.
Introduce mejoras a la regulación del trabajador agrícola de temporada, incorporando por primera vez la figura de los pactos colectivos por faena, y la anualización de las rentas obtenidas para así no perder los beneficios sociales.






