A partir de los resultados del 2013 de la Prueba PISA, se pudo concluir que la inequidad en la educación chilena seguía estando fuertemente presente al considerar las diferencias socioeconómicas. Chile, comparado con los países de la OCDE y de América Latina, mantiene una gran segregación en términos de educación, existiendo una educación para ricos, para clase media y para pobres, lo que se refleja en que los resultados son diametralmente distintos para cada uno de ellos, con un mayor impacto en los sectores más vulnerables, lo explica los bajos resultados de nuestros estudiantes y la inequidad educativa visualizada.
Bajo esta mirada, la propuesta de Desmunicipalización de la Educación, parece ser el camino a seguir “Vamos a terminar con la Municipalización de la educación que nos dejó como herencia la Dictadura, un modelo que finalmente lo que ha hecho es condenar a los niños y niñas a no salir de la pobreza” (Bachelet, Inauguración año escolar 2014).
La Idea de desmunicipalizar sin embargo, debe venir de la mano con la creación de una entidad que permita asumir la gestión y la toma de decisiones de manera descentralizada, un organismo radicado en cada región de carácter autónomo, con patrimonio propio y con giro único, de carácter eminentemente técnico (con especialistas probados en materias de educación y que conozcan las características y necesidades de la región), y que no dependa directamente del ministerio de Educación, pero con rendición de cuenta constante (acountability) a sus comunidades así como a la Agencia de Calidad de la Educación.
Sin embargo, debemos tener claro que con esto no basta para mejorar la educación chilena, sino que se deben implementar otras medidas como por ejemplo:
- Avanzar en una carrera docente, socialmente valorada y bien remunerada, pero constantemente evaluada bajo estándares de calidad reales y medibles.
- Mejorar la formación docente, estableciendo estímulos para su ingreso y fortaleciendo los programas de estudios orientados al aprendizaje. En este punto sería importante tener instituciones de educación superior especializadas en formación docente.
- Crear una Escuela o Academia para formar líderes pedagógicos, con una sólida formación en la gestión pedagógica (con foco en el Aprendizaje), pero a su vez con herramientas modernas para levantar y auto gestionar proyectos educativos exitosos (No existe en el mundo escuelas que progresen sin un buen líder pedagógico).
- Fortalecer las propuestas curriculares potenciando el desarrollo de destrezas, la creatividad y la resolución de problemas y desmantelar el enraizado estilo más basado en la memorización que en la comprensión y la creación, en otras palabras dar a nuestros estudiantes la posibilidad de pensar.
- Terminar con el mercado educativo, fomentado por el sistema de “Voucher” orientado a la competencia, pero al mismo tiempo aportar mayores recursos a las escuelas y entregar autonomía para la gestión de esos recursos versus la rendición de cuenta.
- Fomentar la cooperación entre comunas y colegios en términos de crear federaciones de escuelas que compartan experiencias exitosas, infraestructura y recursos con el fin de aprovechar la sinergia que estas alianzas generan.
El camino para la desmunicipalización recién comienza, sin embargo se hace urgente y absolutamente necesario apurar el paso, nuestros niños y jóvenes esperan tener reales oportunidades de futuro y todos somos responsable de que esto se logre.
Ricardo Cristi López
Magister en Gestión y Liderazgo y Candidato a Doctor en Educación
Docente de Educación superior
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