El triunfo de Michelle Bachelet a la Presidencia de la República dio paso a que volviera a tomar forma el tan anhelado sueño que ha estado impregnado en el inconsciente colectivo por largos años y que ha sido motivo de largas y acaloradas discusiones. Una Universidad Regional, que plasme los más sentidos intereses y necesidades de nuestra zona.
Claramente ya han surgido voces tratando de imponer sus visiones. El electo diputado Kort, propone que se utilice el edifico en desuso ubicado en Rengo, mientras que otros han salido a defender sus localidades para convertirlas en sede de la futura casa de estudio.
En este sentido debemos ser claros y concuerdo con el senador Letelier, lo importante no es el lugar, ni el edificio, sino que seamos capaces de discutir qué tipo de universidad necesitamos y queremos.
El primer criterio, debe ser claramente que los que participen en su creación y desarrollo, nos sean sólo políticos, sino que sean académicos de la Región. Sin lugar a dudas el capital humano que tenemos es de primer nivel (varios con Magister y doctorados) y deseosos de poder aportar en su lugar de origen, pero que sin embargo no han encontrado los espacios que los ayuden a poder crear conocimiento para nuestra Región.
Un segundo criterio, está referido a pensar una Universidad, que constituya un sincretismo entre educación, ciencia y cultura, que establezca una relación simbiótica con su entorno y tome su cultura y la utilice para crear nuevos conocimientos e identidad local, que se convierta en una trinchera (concepto muy enraizado en nuestra región) para ejercitar el dialogo, la reflexión, el debate y la investigación.
Debemos pensar nuestra universidad como un catalizador que aglutine las diversas tendencia e ideas, que sea un espacio común para el encuentro de las expresiones culturales y el desarrollo del intelecto, tal como lo quiere comenzar a proyectar la Universidad Católica del Maule, que se ha instalado en la ciudad de San Fernando y que comienza a ocupar un espacio que ha estado vacío por mucho tiempo.
Es de esperar que esta vez, los actores que intervienen en este tipo de decisiones, lo hagan con una mirada de futuro, con racionalidad y con dialogo colaborativo, considerando a aquellos que deben ser los ideólogos reales de este tema, los académicos e investigadores que han estado trabajando en la Región.
La idea es no volver a tener un sueño inconcluso.
RICARDO CRISTI LÓPEZ
Docente y Magister en Gestión y Liderazgo Educacional
Candidato a Doctor en Educación
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