Después de más de 50 años de cautiverio y gracias al trabajo incesante de diversas agrupaciones animalistas, la elefanta Ramba fue decomisada a los hermanos Maluenda, dueños del circo Los Tachuelas.
El miércoles pasado, tras un intenso operativo, el paquidermo, que vivía en un estacionamiento de una parcela en la comuna de La Pintana, fue trasladado bajo fuerte resguardo policial al Parque Safari de Rancagua.
Hoy, Ramba disfruta de su libertad, bajo cuidados especializados para alimentarla y mantenerla, con una laguna artificial y todas las comodidades de un animal de su envergadura.
Sobre los días que ha pasado la elefanta en su nuevo hogar en Rancagua, el gerente general del Parque Safari, Iván Sánchez, indicó que “son días de cambio radical. El experto norteamericano Scott Bleis, quien trasladó finalmente a Ramba, verificó el terreno y nos indicó que iba a estar cómoda. Este terreno lo fabricamos especialmente para ella, ya que se encuentra en su estado salvaje donde se ducha, se revuelca, come pasto seco, cosas que no había hecho nunca en su vida”.
Sánchez indicó que la gente puede ver al animal pero “confeccionamos, para que no vuelva al stress, una ruta donde el público esté a 50 metros de distancia, y ellos puedan disfrutar y observar a Ramba como hace el día a día. Puede sonar descabellado, pero he visto a Ramba feliz y todos en el Safari lo sentimos”.
Consultado por el proceso de rehabilitación de Ramba, el administrador del recinto, Gonzalo Sánchez, indicó que “tendremos un experto que nos enseñará por un mes como sacar los vicios que tenía Ramba en el mundo circense. Es difícil decir que hubo maltrato en un cien por ciento, ya que las heridas que presenta el animal son antiguas, en general, si bien no se puede aseverar que fue maltratada, las heridas son consistentes a otros casos de maltrato. Además, la orina es demasiado clara, lo que podría indicar que no están trabajando bien sus riñones. Este proceso es para que se recupere”.