“Aprender a vivir, vivir para amar”, es el slogan del Colegio Particular Subvencionado Hans Christian Andersen de San Fernando, frase que encierra la filosofía educativa del establecimiento y que la semana pasada festejó sus 45 años de vida, recordando, además, que fue la actual sostenedora del establecimiento, Regina Royo Cabrera, quien le dio vida al actual proyecto educativo y que hoy es liderado desde la rectoría por su hijo Julio Vera Royo.
Hoy, el establecimiento va a la vanguardia en la educación en San Fernando, siendo desde el año 2005 un colegio ecológico, año en que obtuvo la Certificación Ambiental, a lo que se suma que el año 2007 logró la Certificación de Colegio Saludable que mantiene en la actualidad.
El establecimiento fue fundado un día 10 de noviembre de 1966 por la escritora y poetisa colchagüina Regina Royo Cabrera, quien es integrante de la Academia de la Lengua Española y sostenedora del colegio.
Las actividades de aniversario se realizaron durante la semana pasada, donde los estudiantes y apoderados participaron en las diferentes jornadas recreativas y culturales, desarrolladas tanto en el interior como en el exterior del establecimiento.
El pasado jueves, 10 fecha de la fundación, se realizó la ceremonia de aniversario, actividad que fue presidida por el rector del colegio, Julio Vera Royo, y que contó con la presencia de autoridades locales, de la comunidad educativa, padres y apoderados. La celebración se caracterizó por su sencillez, donde se destacó el trabajo de los profesores y de los estudiantes en el engrandecimiento del colegio.
En su discurso, el rector Julio Vera valoró y destacó el trabajo de su equipo de docentes y premió la labor de los estudiantes destacados. También recordó su discurso del aniversario número 40 del establecimiento, oportunidad en que indicó que “la gran misión de los docentes en los próximos 10 años será descubrir que las emociones de los educandos son fundamentales a la hora de salir adelante” y, en ese sentido, añadió que “estoy convencido de que no me he equivocado, porque todas las señales nos direccionan hacia la coherencia entre hacer-sentir-decir”.
El rector sostuvo que “estamos promoviendo y valorando desde entonces, conductas más apropiadas en materia afectivo-emocional. Los docentes de este siglo debemos colocar en el centro de nuestra preocupación el espíritu, el ser espiritual de cada educando, considerando que es un ser único e irrepetible, acciones diferentes y opuestas a los antiguos prototipos con los que crecimos y nos enseñaron a conocer y observar el mundo”.
“Hemos cambiado el paradigma ancestral de mente y cuerpo como únicos componentes del desarrollo personal, abriéndonos a nuevas miradas, con nuevos espacios, ni físicos ni intelectuales, en los que el lenguaje y el sentir tengan un rol primordial para aprender a relacionarnos positivamente, en el marco de una ética de respeto, generando espacios más tolerantes, con mucha negociación, evitando así el enfrentamiento”, puntualizó el rector Julio Vera Royo.