Según cifras entregadas por la Corporación Esperanza, en Chile se ha registrado un sostenido aumento del consumo de drogas en las mujeres durante la última década, realidad que en palabras de la presidenta de la organización, Ana Luisa Jouanne, obliga a generar nuevas estrategias para prevenir y rehabilitar a quienes padecen de este problema de salud, pero que lamentablemente “no existe preocupación”. Desde la dirección regional del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), confirmó que en O’Higgins la lista de espera en el caso de las mujeres es de mil 500 personas.
Ana Luisa señaló que el centro de rehabilitación que se instalará en la VillaTriana–con capacidad para 12 personas- de Rancagua apunta en esa dirección, ya que será un internado que ayudará a solucionar un problema que está muy patente en el Libertador. Explicó que “cuando consume la mujer la consecuencia es mucho más grave desde el punto social”, resaltando que ellas “son mucho más discriminadas que los hombres y no se atreven a pedir ayuda. Esto es para evitar que por ejemplo, les quiten a sus hijos. Además la sanción social es muy grande”.
Uno de los grandes dramas sociales que vive el país surge cuando son las madres las que consumen alcohol o drogas, un problema que es socialmente transversal y no sólo afecta a los estratos sociales más bajos. “Por ello uno de los aspectos que más me interesan del centro de rehabilitación que deseamos instalar en Rancagua es la posibilidad de atender a mujeres que están embarazadas, darles una oportunidad. La gente no sabe que ese bebé nacerá con una serie de problemas que el país difícilmente podrá enfrentar”, señaló.
Agregó que “nuestra intención es sacarla a tiempo de la droga para que pueda quedarse con su hijo y que éste tenga el apego y el cariño que puede entregar una madre sana”. Argumentó que “desde las perspectiva del hijo es una injusticia no hacerse cargo de este problema”.
El tratamiento anual para cada una de las pacientes que ingresa a un centro de rehabilitación de la Corporación Esperanzaes de 4,2 millones de pesos, y su meta es reorientar y reeducar a las personas para que se reintegren a la sociedad. Cabe destacar que la instalación del centro está siendo fuertemente resistida por los vecinos dela VillaTriana, que han elevado sus protestas a las autoridades locales.
La coordinadora regional de Senda, Johanna Olivares, explicó en una entrevista previa que que “en la Regióntenemos una necesidad de atender a la población con problemas de droga bastante importante”. Detalló que en El Libertador se atiende a casi seis mil personas en los diferentes centros de rehabilitación, existiendo “una lista de espera amplia, que en el caso de las mujeres llega a mil 500 personas”. Añadió que lograr “que se sume una instancia de tratamiento va en directo beneficio de las necesidades de la Región”.